Un mausoleo construido hace dos milenios para el primer emperador romano, Augusto, finalmente se ha reabierto al público después de catorce años y un proyecto de restauración de 12,25 millones de dólares, se indica en una publicación del sitio web Daily Mail.
El monumento funerario tardó cinco años en restaurarse y asegurarse antes de que pudiera reabrirse al público, incluida la eliminación de basura y la limpieza de los árboles circundantes.
Elevándose sobre el centro histórico de Roma, la antigua tumba se usó alguna vez como mirador militar y fue sede de las fastuosas fiestas de la dinastía romana. El sitio se deterioró, los árboles crecieron en las paredes y la basura llenó los caminos. Finalmente se cerró hace catorce años cuando se volvió inseguro para los visitantes.
Recuperó todo su esplendor gracias a una donación de $ 9,6 millones de la empresa de comunicaciones italiana TIM y el resto lo pagó el Gobierno. Solo se permitirá la entrada al mausoleo a diez personas a la vez y se les exigirá que usen máscaras faciales, ya que Italia se enfrenta a una tercera ola de coronavirus.
El mausoleo de Augusto es el monumento funerario circular más grande del mundo y, luego de 2.000 años, todavía es imponente. Se encuentra ubicado en el corazón de la capital italiana.
“Finalmente, reabre el mausoleo de Augusto, una joya del patrimonio histórico de la Humanidad que devolvemos al mundo entero después de muchos años de cierre”, dijo la alcaldesa romana, Virginia Raggi, al destacar en el acto de reapertura que “Roma valora su pasado para mirar al futuro junto a sus ciudadanos”.
Raggi quiso compartir la primera visita con “los ciudadanos más golpeados por la crisis, como señal de reinicio para todos” y por eso entre los presentes había representantes sanitarios, hoteleros, docentes, miembros de Protección Civil y de otros sectores golpeados por la pandemia.
Un lugar con diversos propósitos
La estructura ha sido objeto de múltiples usos a lo largo de los años, incluidos un jardín colgante, un auditorio para corridas de toros e incluso un espacio para exhibiciones de fuegos artificiales.
A principios del siglo pasado se convirtió en un gran teatro de conciertos y óperas antes de que el dictador fascista Benito Mussolini ordenara su desmantelamiento como teatro mientras buscaba restaurar los hitos de la antigua Roma.
Mussolini, ansioso por revivir la gloria imperial romana, restauró el área y construyó una plaza a su alrededor llamada Piazza Augusto Imperatore, que hoy alberga restaurantes y tiendas de lujo.