Las tecnológicas llevan tiempo centradas en el desarrollo de «smartphones» capaces de cubrir las necesidades de un usuario que, cada vez más, valora que su dispositivo sea capaz de realizar acciones que van mucho más allá de lo que, hasta el momento, se consideraba que debía ofrecer un móvil. Como convertirse en una consola de videojuegos o en un dispositivo capaz de rivalizar con un televisor inteligente. Y, para todas esas cosas, hace falta que la pantalla tenga unas dimensiones apropiadas. Cuanto más grande mejor.
Según la empresa de analítica Counterpoint, el iPhone 12 Mini, el móvil más pequeño de la nueva familia de gama alta de Apple, solo ha representado el 5% de las ventas de toda la terna en Estados Unidos durante la primera quincena de enero.
Según un informe recogido por » Bussiness Insider» del analista William Yang, de la firma JP Morgan, la empresa de Cupertino podría meditar la posibilidad de descontinuar el dispositivo durante el segundo trimestre del año debido a las bajas ventas que está cosechando.
Y es que los usuarios están cada vez más acostumbrados a las pantallas ininitas; cercanas, en algunos casos, a las 7 pulgadas de diagonal, como es el caso del reciente Samsung Galaxy S21 Ultra, que llega a las 6.8, o del resto de integrantes de la familia iPhone 12. Mientras el modelo Pro Max de la firma de la manzana tiene un panel de 6.7 pulgadas, el iPhone 12 Mini se queda en las 5.4.
«Esto está en línea con lo que estamos viendo en el mercado global más amplio, donde las pantallas de menos de 6.0 pulgadas ahora representan alrededor del 10% de todos los teléfonos inteligentes vendidos», dijo el analista de Counterpoint Tom Kang en declaraciones a » Reuters».
El iPhone 12 Mini cuenta con unas características muy parecidas a las de el iPhone 12 simple. Cuenta con una doble cámara de 12 megapíxeles por lente: un gran angular y un ultra gran angular (no tiene telefofo).
Como ABC recogió en el análisis del terminal, el móvil tiene algunas limitaciones como la duración de la batería, que cubre el día con dificultades, unas nueve o diez horas a pleno rendimiento. Es para darse cabezazos contra la pared. Tirando de las redes 5G incluso más, por lo que puede llegar a ser frustrante.
Vía ABC.