El Príncipe de las Tinieblas está de cumpleaños, hace 90 años clavó por primera vez los colmillos en el cuello de alguien.
En febrero de 1931, Estudios Universal, productora dedicada a realizar filmes de terror, estrenó en el Roxy Theather de Nueva York, Drácula, una cinta dirigida por Tod Browning que se convertiría en mítica en la historia del género de terror y del cine.
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Entre las causas que la llevaron a este sitial podemos mencionar algunos elementos: la estilización utilizada en la cinta que fue adaptada de la obra teatral del mismo nombre que arrasaba en Broadway y que sintetizaba la estructura del libro original. El acierto de haber elegido al actor de origen húngaro Bela Lugosi para el papel principal. Lugosi le aporta al personaje un aire de erotismo único. Posteriormente ningún actor se ha asociado jamás tanto con el papel de Drácula con la excepción del británico Christopher Lee.
La película de Browning es la que crea el concepto del vampiro estilo gentleman, estilo que sería el modelo a seguir en las posteriores producciones sobre el vampiro más famoso del cine. Estilo y personaje quedaron por siempre asociados en la cultura popular.
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En lo financiero tuvo también un destaque importante, es la primera cinta de terror sonoro que tuvo un gigantesco éxito de taquilla, a nivel mundial recaudó 1,2 millones de dólares lo que permitió sanear la economía del estudio.
Y un aporte más importante, el poder de la cinta radica más en lo que sugiere que en lo que muestra, lo que lleva al espectador a crear su propia versión de la historia, donde la violencia y el erotismo son caldo de cultivo de su imaginación.
Vía El Universo.