La esencia de la cumbia, un género «endémico» del Caribe continental colombiano, es reivindicada por el cantautor Carlos Vives, que dice en una entrevista con Efe que en su proyecto Cumbiana, un libro y un álbum musical, ahonda en la diversidad de ritmos que enriquecen el folclor de su región.
«‘Cumbiana’ es el agua, es la tierra, el cielo y eso está ahí, en el origen», dice Vives, que el pasado jueves 21 de enero tenía previsto participar en la decimosexta edición del Hay Festival de Cartagena con un concierto y una charla con el periodista y escritor Juan Gossaín.
En ese coloquio iba a conversar sobre el libro en el que Vives, de la mano del escritor colombiano Guillermo Barreto, se adentra en los orígenes de la cumbia para reivindicar la importancia de los instrumentos indígenas de percusión menor, que durante décadas se les ha situado en un segundo plano detrás de los tambores que llegaron procedentes del África.
«Cumbiana» es un territorio exuberante interconectado por ríos y ciénagas que ofrece el sustrato que nutre las historias fantásticas que florecen en las letras de Rafael Escalona, el acordeón de Alejandro Durán, la poesía de Raúl Gómez Jattin, la voz de Etelvina Maldonado, el mágico Macondo de Gabriel García Márquez y las manifestaciones culturales de centenares de «genios» anónimos.